©℗®™ 7 Junio 2015


Reto, Aprendizaje y Desarrollo del Talento. Un vídeo para formarte.

El pasado 18 de Mayo, el Centro Regional de Formación del Profesorado organizó unas jornadas sobre Altas Capacidades en la que participé con 2 ponencias.

  • El Rol de las Familias en el Desarrollo del Talento, que centré en las consecuencias de no hacer nada.
  • La importancia del Reto en el Desarrollo de nuestro potencial, que os dejo al final de este artículo.

Estamos Convirtiendo lo Ordinario en Extraordinario

Asistimos a un momento de gran interés por responder a los más capaces y es motivo de alegría. Sin embargo con frecuencia se aborda esta respuesta desde planes que resultaron útiles y se proponían en un momento que ya ha pasado. La respuesta al alumnado con alta capacidad hoy, ya no puede depender de largos procesos de identificación ni limitarse a las aulas de enriquecimiento, menos aún cuando en estas aulas se busca únicamente que el alumno trabaje contenidos, a veces elegidos por ellos, a veces asumiendo que son los «propios» de este alumnado, pero no que desarrolle su potencial de pensamiento crítico y creativo, fortalezas personales o intereses especializados.

Desarrollar el potencial de nuestros alumnos no debería ser algo «nuevo», «distinto», y mucho menos «ajeno al día a día del aula». Desarrollar el potencial debería ser el eje que vertebra la escuela. De lunes a viernes, de 9 a 5 y más allá.

Responder al alumnado con alta capacidad tiene más que ver con aprender sobre cómo reorientar nuestro rol docente para desarrollar el potencial de todos sus alumnos, que con conocer proyectos que podríamos copiar en nuestras «aulas de enriquecimiento«

El desarrollo del talento debería ser tan natural en la escuela como lo es en el deporte, la música, la danza o cualquier otra disciplina fuera de la escuela


Parte del problema es que consideramos que los alumnos con alta capacidad tienen una necesidades «diferentes» que nos son «desconocidas» y, por tanto, necesitamos «aprenderlas» solo para ellos. Necesidades que, por tanto, son «distintas» de lo que hacemos o deberíamos hacer en el aula «con los demás». Es cierto que hablamos de que «no necesitan más, sino diferente«. La cuestión está en qué estamos entendiendo por «diferente».

¿Carlos Alcaraz necesita de un entrenamiento diferente al resto de jugadores de su edad? Diferente sin duda en cuanto al nivel de reto, complejidad, exigencia, feedback, oportunidades para poner a prueba su potencial y las interacciones que obtiene tanto de su equipo y compañeros como de sus contrincantes y del entorno que rodea a cada competición. Diferente porque su potencial es mayor, de un nivel e intensidad que exige de un contexto más exigente y especializado. Pero igual al que otros jóvenes tenistas también necesitan. Alcaraz, y el resto, necesitan aprender técnicas, jugadas y tipos de golpes, necesitan de un entrenamiento físico específico y especialistas que les ofrezcan guía en sus cuidados nutricionales, gestión emocional y desarrollo de fortalezas que son, en el deporte, y en todos los ámbitos de la vida, la clave del desarrollo óptimo de nuestro potencial.

Me habréis visto muchos ejemplos que hablan de cómo el fútbol y el deporte en general actúa y responde al desarrollo del talento (mi padre fué futbolista, entrenador y más tarde ojeador, no puedo evitar hacer analogías), como en este artículo del 2016 o en los #twitterchat aquí.

Un entrenador de fútbol, de tenis, un profesor de baile o de música, saben a qué nivel retar a cada uno de sus alumnos..

«Pero, ¿Qué ocurre cuando tu pasión es alguna materia académica? ¿Qué pasa cuando tu potencial es matemático, científico o linguístico?»

«Lástima, lo que a mi me apasiona no es extra-escolar«. La rebelión del talento 2019

El impulso de aprender hay que estimularlo en el momento que éste surge


Los que somos padres lo sabemos. Se trata de responder de forma natural al impulso o curiosidad que tus hijos muestran en un momento determinado de su desarrollo. Cuando empieza a hablar o a andar, no te preguntas si «no toca», si responde o no a la edad esperada. Simplemente, le estimulas y apoyas para canalizar ese impulso inicial y ayudarle a llegar hacia el logro (amplia en ¿Padres que sobre-estimulan?, artículo del 2017)

Esta idea es desarrollada no solo por cualquier experto relevante en el campo, desde Renzulli a Gagné o Pfeiffer, sino también por psicólogos de la talla de Maslow o Erickson, o pedagogos tan influyentes como Vigostky. Se trata de retar al alumno a seguir avanzando, tal y como cualquier padre estimula a su hijo a aprender a andar:

No hay un perfil único de alumnos con altas capacidades, el potencial se muestra en distintos campos de distintas formas


Otra de nuestras barreras es esa cultura centrada en la media que surgió a mediados del siglo XIX y que nos lleva a percibir la sociedad dividida en «grupos», «tipos» o «clases». La industria entonces clasificó a sus consumidores en torno al criterio de su «poder adquisitivo» y lo mismo hizo la escuela, clasificando a sus alumnos en torno a su «CI» o «poder de adquisición de los contenidos«. Una vez etiquetado en un grupo, consideramos que todos sus miembros son iguales, y juzgamos al todo por la parte conocida -asumimos que todos los alumnos con alta capacidad son o se comportan como ese ejemplo que un día conocimos o aquella imagen que se va conformando en nuestro imaginario- o por el conjunto de características que de forma general se definen para ese grupo. Cometiendo, además, el error de juzgar al niño por las características del adulto.

Se asumió que los alumnos con alta capacidad eran «prácticamente perfectos» en todo:

O pequeños superhéroes como explicaba en este post del 2016

Que, por cierto, antes lucía esta imagen:

Primero las normativas y después los equipos de orientación o los tutores, entienden que la «respuesta» educativa solo puede activarse cuando el alumno muestra ser ese pequeño «super-héroe» perfecto en todo que definen sus criterios o se dibuja en su mente cuando piensan en «alta capacidad»

Y esto, a pesar de lo evidente que resulta que el potencial se expresa de diversos modos, en distintos campos, en personas con recorridos, experiencias, personalidades y habilidades muy dispares, con tan solo fijarnos en cualquier persona relevante en su campo, algunos de ellos doblemente excepcionales:

«Y ahora toca ….»


La raíz del problema quizá no es tanto que no tenemos formación para responder a las necesidades del alumnado con alta capacidad, sino que nuestro modelo de escuela esta basado en métodos que buscan la estandarización del proceso de aprendizaje y, en consecuencia, la homogeneización de los alumnos. De ellos se espera que se adapten y respondan a la programación del docente. Sea cual sea el nivel competencial o los conocimientos previos del alumno, éstos «tienen que entender y adaptarse» que aquí tenemos que ir «todos a una«.

María con 6 años tenía un cuaderno lleno de poemas y letras de canciones. Pero en clase de lengua «tenía que entender» que había que rellenar los espacios en blanco con una «c» o una «s»

«Su hijo tienen que entender«. La Rebelión del Talento. 2017

Sergio, con la misma edad, resolvía los deberes de matemáticas de su hermana mayor, dos cursos por encima. Los problemas le fascinaban. Pero «tiene que entender» que hay que hacer los deberes, que consisten en 3 folios llenos de sumas de 1 cifra.

«Su hijo tienen que entender«. La Rebelión del Talento. 2017

Lucía es una lectora ávida. A los 8 había leído libros como «Sinuhé El Egipcio» y por supuesto toda la saga de Harry Potter, Percy Jackson, Los Últimos Héroes del Olimpo y Los Hermanos Kane, pero «tiene que entender» que en el cole hay que leer los libros de primaria, con bonitos dibujos sobre un gatito que se enredó en el ovillo. Así luego podrá hacer la misma ficha de comprensión lectora que los demás.

«Su hijo tienen que entender«. La Rebelión del Talento. 2017

Teo había ido al Museo Británico con sus padres este verano y había pasado horas aprendiendo sobre los Egipcios (…) Se había comprado un libro en el museo (…) que había estado leyendo en las horas de espera en el aeropuerto. ¡Qué bien! porque este curso toca aprender sobre los Egipcios. Teo entiende que sus compañeros saben menos cosas, así que se mantiene paciente mientras la maestra explica la lección. Después llega el momento. Le piden hacer un mural sobre el tema. Teo quiere contar todo aquello que le parece tan interesante sobre Egipto, pero la maestra le advierte, hay que rellenar una cuartilla, poner una foto grande que ocupe el 50% del espacio y después escribir 4 líneas con letra grande y muy redondita sobre lo que vemos en esa foto. ¿Y nada más? Teo «tiene que entender» que todos tenemos que hacer la misma cuartilla, porque después hay que colgarla en la pared de clase, y no queremos que la suya se vea más que la de los demás.

«Su hijo tienen que entender«. La Rebelión del Talento. 2017

Son casos reales, que he vivido con mis hijos. En definitiva para demasiados alumnos la escuela es una experiencia en la que son continuamente forzados a parar. «Hasta aquí puedes aprender, ¡para!«, idea que forma parte de mi ponencia en el V Congreso Internacional sobre Educación, en Cancún, organizado por Santillana Compartir en Febrero del 2019

También desarrollado en este artículo del 2017:

No hay un «CI innato», ni éste es la medida de nuestra capacidad


Otra de las constantes en estas jornadas es que siempre hay alguien que acaba hablando de un «CI innato». Pero el CI no es más que la media ponderada de las respuestas a un determinado test, en un determinado momento de nuestro desarrollo, en el que influyen, no solo nuestro potencial, sino la propia configuración del test de inteligencia y las circunstancias que rodean a esa evaluación (de allí la necesaria pericia, experiencia y empatía del evaluador), por lo que cambia el test, y cambiará la puntuación, lo que en sí mismo ya contradice esa idea de «CI innato».

Son innumerables las referencias del profesor Tourón a esta idea, algunas de ellas recogidas y referenciadas en este artículo:

No hacer nada, nunca es una opción


Expresiones como «si no quiere hacer nada, que no haga» o «los padres lo viven con preocupación» me resultan ofensivas. Sí, porque no entiendo ese afán de hablar de lo que uno no domina, no vivencia, no comprende, y desde luego contradice la investigación, sin tener en cuenta las consecuencias negativas que estas palabras pueden tener para este alumnado y sus familias. El mensaje que queda, si nadie lo evita, es de justificación de todos aquellos que en su día dijeron que no había que hacer nada, porque el alumno «estaba bien«.

Además me sugiere que emana de un pensamiento que no logra desprenderse de esa mentalidad que ve la respuesta a los alumnos con alta capacidad como una dádiva que los «enrollados con las altas capacidades» les dan. Olvidan que hablamos de una necesidad intrínseca de todo ser humano.

«Las personas sanas sienten un impulso natural hacia el desarrollo de su potencial, desde el momento de su nacimiento (…) En las personas dotadas este impulso es aún más intenso y precoz»

Abraham Maslow

Por esto cuando el alumno «no demanda», en lugar de pensar «si no quiere hacer nada, que no lo haga«, tenemos que actuar.

¿Cuándo un alumno está inapetente, y no quiere comer o come menos de lo que entendemos que responde a sus necesidades nutricionales, acaso no nos preocupa? ¿No nos damos cuenta de que es un indicio de que algo le pasa?

Paulina Bánfalvi @aacclarebelion

No hacer nada tiene un coste:

Así, si no demanda, la pregunta es siempre ¿Se le estimula para que demande? ¿Existe en el aula un clima que favorezca ese «demandar más»? ¿Demandar más, tiene para el alumno un coste social?

Paulina Bánfalvi. La Rebelión del Talento. «En casa y en el aula, qué debo saber sobre las altas capacidades» 2016

RETO, APRENDIZAJE Y DESARROLLO DEL TALENTO

Claro que hay alumnos que rechazan las medidas de «enriquecimiento« que la escuela a veces les ofrece. Claro que algunos aprenden a ser «como lo demás» y ralentizan el ritmo con el que acaban «lo que hacen los demás«, que no les gusta el «rincón de enriquecimiento«, y las lecturas, proyectos, trabajos adicionales u otras medidas que la escuela les ofrece. Porque todo eso es «más» y no «diferente» y no está respondiendo a sus necesidades. Diferente NO significa cambiar un trabajo sobre minerales por un trabajo sobre rocas lunares, ni seguir instrucciones para montar un cohete en lugar de una polea. Tampoco es hacer un taller de ajedrez, de scratch o radio. O decorar el centro con nombres de científicas. Todas estas actividades deberían ser lo ordinario en un centro educativo. Y, sin embargo, lo hemos convertido en extraordinario.

La idea de que la escuela debe retar el potencial y que retar implica avanzar, no es una idea nueva. Ni está limitada a los alumnos con altas capacidades:

La labor de los educadores es tentar a los niños a avanzar hacia su desarrollo, ofreciéndoles seguridad en cada paso, garantizando así el desarrollo del niño saludable, que se descubre a sí mismo y su potencial

Abraham Maslow. Hacia una Psicología del Ser. 1972

Por eso, cuando la escuela diseña un proceso de identificación basado en buscar que el alumno «certifique» su potencial, aún por desarrollar, a través de un catálogo de pruebas que no para de crecer, o cuando plantea resolver la respuesta que necesitan con otro sin fin de actividades extra-académicas que vuelven a poner al alumno en el rol del que sigue el programa diseñado por el docente, o del que recopila información para exponerla, sin debate, cuestionamiento, pensamiento crítico y creativo, sin exponerse en contextos especializados, guiados por especialistas, reflexiono sobre, sí, claro que la escuela necesita recursos y formación específica para responder al alumnado con alta capacidad, sin duda.

Pero antes necesita comprender que el problema no radica en que hay alumnos «diferentes» a quienes tenemos que «aprender a responder», sino que todos los alumnos son diferentes, pero la escuela se organiza para responder a todos por igual.

Por eso, todo lo que no encaja, se vive como una «dificultad», bien del alumno, o bien del sistema que no tiene recursos o formación. Activamos entonces protocolos y programas para responder de forma diferenciada, a modo de «alivio» del aula ordinaria, como si una hora a la semana, tuviera algún impacto, como si lo que hacemos en el aula ordinaria, le nutriera en algún sentido.

El primer paso es responder a todos, es personalizar el aprendizaje y enriquecer para todos. Hacer, lo que hoy hacemos como un esfuerzo extraordinario, de forma ordinaria.

Paulina Bánfalvi @aacclarebelion

Os dejo la ponencia durante estas jornadas.

Gracias de nuevo al CRFP CLM. Con ellos, ya hace 8 años empezamos a impulsar un aprendizaje basado en el reto a la creatividad y destrezas de pensamiento, aprendizaje personalizado y estrategias para comprender y responder a los alumnos con altas capacidades en el aula.

CÓMO Y CUÁNDO CITAR

Se cita siempre que se utilice una información, como:

  • Fuente de inspiración
  • Determinados hechos, teorías, descubrimientos, ideas, etc. de un autor consultado.
  • Datos concretos o estadísticos
  • Imágenes
  • Textos (frases, párrafos) de un autor

«Una cita consiste en mencionar en un texto las palabras que ha escrito o ha dicho otro autor. «Se pueden definir como aquellos textos ajenos que se traen al documento para probar lo que se afirma o para contrastarlo» (1). La cita puede ser textual, parafraseada o una cita de cita. Dicha mención se complementa con la referencia bibliográfica que permite identificar la fuente de donde se ha extraído un fragmento, una idea, un dato, una imagen, etc. Para no interrumpir el hilo conductor de nuestro escrito, diremos que la referencia a la fuente se puede realizar de tres formas, dependiendo del estilo de citas elegido. Se puede intercalar una llamada dentro del texto de forma breve (autor-fecha), o añadir un número superíndice, o un número entre paréntesis o corchetes»

Fuente: Cómo y cuánto citar

Hace años escribí:

(…) nada cambiará si la sociedad no cambia. El sistema educativo es reflejo de nuestros propios valores, de nuestras exigencias, de nuestras peticiones.

(…) La sociedad, y la forma en que ésta acepta, valora y potencia el talento, debe cambiar. Cambiar para ser mejor, para incorporar mejor a todos sus individuos, pues en la medida que el talento se apoya y se desarrolla, toda la sociedad en su conjunto se beneficia.

Paulina Bánfalvi @aacclarebelion

Nosotros somos esa sociedad. Cómo reaccionamos al talento hoy construye los valores con los que se tratará el talento de nuestros hijos mañana

«Cosechamos lo que sembramos»

Saint Exupery

Autor: Paulina Bánfalvi Kam. La Rebelión del Talento @aacclarebelion @PaulinaBk

Derechos de autor:

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