©℗®™ 7 Junio 2015


«GRACIAS» a las que dais la espalda a la investigación

Era una madre feliz y orgullosa de mis hijos, como cualquier otra madre, hasta que una bienintencionada profesora etiquetó a mi hija mayor, «es posible que tenga altas capacidades» me dijo con una expresión temerosa por mi reacción que entonces no supe interpretar. ¡Caray! me dije.. ¡Qué emoción! ¡Qué reto! ¡Qué orgullo! .. cuando la evaluación lo confirmó, a pesar de aquella novata orientadora, muy desorientada, fue una sensación inmensamente positiva. ¡Ser inteligente es genial, sin duda! ¿Quién no quisiera serlo?

En seguida empezaron los problemas. No porque mi hija tuviera altas capacidades, en absoluto, era exactamente la misma niña, la misma alumna, que era antes de haber sido evaluada, su capacidad NO ERA EL PROBLEMA. Cambió la forma en que su entorno la percibía. Cambió lo que todos esperaban que ella fuera. Cayó sobre ella el peso de esa «etiqueta de pata negra».. Etiqueta negra que esconde al niño, su perfil, sus necesidades y que está llena de mitos, prejuicios y clichés.

Esta escuela presumía de atender a los alumnos con alta capacidad, tenían establecidos protocolos de actuación y programas de enriquecimiento. Tenían además una «orientadora especializada en altas capacidades», con un máster en «neuroeducación», que a su vez dirigía o dirige un «máster en inteligencia superior». Esta orientadora «especializada», entonces mediática e «influencer», fue alumna y colaboradora de una prestigiosa catedrática que dice investigar sobre el campo y que a su vez tenía un nivel de implicación elevado en esa cadena de centros educativos. Sus ideas, las de la catedrática, orientaban los programas de enriquecimiento dentro del centro y fuera de él (o eso vendía el centro), en un programa adicional que se ofrecía a las familias, cada sábado.

Además, qué suerte, me dije, al menos la mitad de docentes habían cursado ese famoso «máster en inteligencia superior», deduje que, sin duda, sabrían cómo responder a ese mayor desarrollo cognitivo y capacidad de aprendizaje que mi hija mostraba. ¡Nada más lejos de la realidad!

Se limitaron a actuar tal y como la normativa de entonces indicaba:

Paso 1: Más tareas… si acaba las fichas repetitivas y memorísticas antes que los demás.. ¡darle ración doble!

Paso 2: Más responsabilidad… Ponerla a recoger las tareas de los demás, a enseñar a su compañera a leer, a recoger las agendas, a pasar lista y controlar que todos estén calladitos.

Paso 3: Más exigencia…Desde que mi hija recibió su «preciada etiqueta», el error no estaba permitido. … «parece mentira que hayas fallado«.. «¿Cómo que no te lo sabes, es que no eres superdotada?«

Paso 4: Más escrutinio… Su «etiqueta» la convirtió en objeto de permanente observación. Si llora o se enfada por algo «es que no gestiona sus emociones«.. (¿Pero qué niño de 7 años lo hace?), si un día no le apetecía pasar el patio haciendo el pino, como en un momento dado se puso de moda en su centro, sino que prefería quedarse en clase leyendo un libro, «es que tiene dificultad para las relaciones sociales«… (Ojalá.. ir de cumpleaños en cumpleaños no es mi ideal para pasar los fines de semana y a esta niña le invitaban de todos los cursos y hasta de distintas etapas).. y por supuesto, el gran mantra… si no está conforme con su trabajo es que «es perfeccionista» ¿y? ¿No son perfeccionistas Nadal, Alcaráz, Carolina Marín, Pablo López, David Bisbal, Frank Sinatra, Edison, Tesla o Steve Jobs?

Paso 5: ¡A cooperar! Oh.. qué suerte de nuevo, mi colegio abrazó entonces la moda de las «metodologías activas» y el «aprendizaje cooperativo».. Y claro, los famosos agrupamientos «ABBC» en el que un alumno «A», es decir, de alto rendimiento o con etiqueta de «tu debes saber de todo«, es obligado a responsabilizarse del rendimiento de un grupo de alumnos formado por otro alumno «C», de bajo rendimiento o con necesidades de aprendizaje y dos alumnos «B», es decir, los que no encajan en ninguna de las dos etiquetas anteriores. O, peor, es obligado a hacer algo que sabe hacer solo y en un tris, partirlo en 4 trocitos y esperar a que sus compañeros acaben para hacer el trocito que le corresponde. Mi niña, por supuesto, hacía todo el trabajo y la pobrecita, qué bonita es la inocencia de los niños pequeños, se sentía orgullosa de su trabajo y me decía «ya está mamá, solo falta que mis compañeros pongan su nombre«.

Por supuesto, la desmotivación y apatía por la escuela -que no por aprender- iba inundando su día a día como una silenciosa sombra que acabó atrapándola. Dolores de todo tipo, llantos, ansiedad, tics, y un sin fin de síntomas de que aquello no estaba yendo bien. Es decir, que aunque el colegio había activado todas las medidas indicadas por la administración, nada iba bien para mi hija.

Su hermano pequeño, más práctico e igualmente inteligente, hizo una regla de tres obvia.. ¿O sea, que si en el colegio se enteran que a mi el currículo se me queda corto, me van a hacer pasar por todo lo que le han hecho pasar a mi hermana?… ¡Ni hablar!.. Yo a esconderme que paso de todas estas «actuaciones»... y así, en 2º de Primaria su conclusión fue que «Lo que mejor se me da del cole, es hacerme el tonto«. Solo que de tanto fingir, de tanto frenar su pensamiento, su impulso por aprender, su capacidad para responder e ir más allá de lo esperado.. de tanto desconectar, su capacidad para conectar se fue mitigando, tanto, que a final de curso él mismo no sabía ya cómo recuperar su brillo.

Esos cambios.. la apatía de uno, la ansiedad de la otra.. suceden tan lentamente, que cuando te das cuenta ya están encima.. y al tiempo.. suceden de forma brusca.. de un trimestre a otro.. ¡Zas! tus hijos, tan despiertos, con tanta iniciativa, con tanta pasión por aprender, con tanta «chispa», tan sonrientes, equilibrados, maduros, serenos, seguros de sí mismos y llenos de energía, ahora están llenos de tics o inmersos en la baja autoestima.

¿Pero qué ha pasado?

Pasa, ni más ni menos, que ninguno de estos agentes, desde los técnicos que diseñaron las medidas educativas y la correspondiente normativa, la catedrática que guiaba esa idea de «explotar» a los alumnos con alta capacidad, la orientadora o los tutores con su lenguaje cuestionador, actuaban guiados por la investigación. ¿Qué investigación? Este es otro melón.

Lamentablemente en España no se llevan a cabo investigaciones de calado y envergadura, en las que profesionales con recorrido y experiencia en el campo puedan hacer un seguimiento longitudinal a largo plazo y aislando diversas variables para llegar a conclusiones de valor y que puedan ser extrapolables, y menos aún debatir sus conclusiones con otros colegas. No somos un país que invierte en investigación y nuestras universidades son endogámicas y jerárquicas, esto es un hecho. Al tiempo, el personal docente universitario es requerido para investigar y publicar. Así que la mayoría de estudios se basan en muestras muy pequeñas y poco diversas y en observaciones puntuales, sin medios para aislar determinadas variables ni para replicar el estudio en distintos contextos y validar las conclusiones. Muchas carecen de grupo de control (y digo la mayoría y no todos, claro que hay muy buenos trabajos y gente muy válida).

El problema no es de ellos que responden a un contexto que no está en sus manos cambiar, sino de cómo los demás abrazamos determinadas teorías o cómo el resto extraemos conclusiones que el propio estudio no pretende, puesto que no puede plantear debido a su dimensión. Así, la educación y en especial la atención al alumnado con altas capacidades ve aumentar los mitos en lugar de aclararlos. Que si tienen «un cerebro diferente«, que si «son muy sensibles«, que si «no toman decisiones«, «no tienen tolerancia a la frustración«, o son de «pocos amigos» y la estrella del firmamento «que unos son superdotados y otros tienen alta capacidad«, y que, por tanto, necesitan de distintas respuestas, así, por que lo digo yo.

Hay investigación solvente en el campo, claro que sí. Pero no nos gusta. Y no nos gusta porque choca contra ese «pensamiento mágico» que nos lleva a creer que nuestros hijos han nacido con un «gen de oro«, en palabras del propio Renzulli. Y para demasiadas personas, parece que tener ese gen de oro es lo único que da significado a sus vidas, a su ego o a sus negocios, de ahí que lo defiendan con tanto ahínco. ¡Si hacen gala de que sus propuestas las extraen de espaldas a la ciencia!.. Y lo peor es que los demás aplaudimos, sin pensar -o sin que nos importe- las consecuencias que eso tiene para los chavales en las aulas que esperan que sus mayores cumplan con su responsabilidad y construyan un mundo en el que el talento, la capacidad, el esfuerzo, la honradez, la coherencia y el rigor marquen la diferencia.

¿Y a mí, qué más me da?

Pues sí, me importa. La proliferación de «esto es así porque yo lo digo«, sin más fuentes o argumento que «a mi me parece» o «es lo que veo en casa» o «lo ví un día escrito no sé dónde por no sé quién«, tiene consecuencias en la atención a este alumnado. Si yo tuve que luchar tanto por salvar a mis hijos de tanto mito y tanto prejuicio -que lo he hecho-, es porque otros se afanaron en construir, divulgar y dar recorrido a esos mitos. Pero yo tenía recursos. Tenía el conocimiento y el coraje, la mentalidad y la disposición y ciertos recursos materiales que me han permitido actuar para ofrecer a mis hijos un contexto en el que puedan desarrollarse sin ser cuestionados. Más aún, en un contexto de reto que ha permitido que hoy, ya casi o en la Universidad, se fijen metas a la altura de su capacidad y se sientan capaces para luchar por ellas, al tiempo que conscientes del esfuerzo y constancia que ello les implica, y que además disfruten del camino, en un contexto social en el que no tienen que ocultarse, porque el talento se aprecia, se incentiva, se reta, se impulsa, se admira y se acoge.

No todas las familias tienen esos recursos personales o materiales. Y cada vez que decimos, difundimos, compartimos o tan siquiera apoyamos con nuestros likes o seguimiento, cualquier afirmación o propuesta de respuesta sobre estos alumnos sin que esté claro el fundamento científico que lo apoya, estamos lanzando una piedra directamente sobre esos niños y niñas que están hoy en sus aulas, esperando que la sociedad por fin, comprenda y responda a sus necesidades. Lo que decimos y hacemos tiene consecuencias.

Familias, vuestro apoyo está conseguido que:

  1. Que se conceptualice a estos alumnos como alumnos con desequilibrios emocionales. En consecuencia, la percepción social están construyendo una idea de alumnos poco ajustados emocionalmente sin tener en cuenta que no se trata de una cuestión genética sino de una respuesta a un entorno que presiona.
  2. Que haya quién ya entiende que las altas capacidades tiene más que ver son «ser muy sensible», que con «ser inteligente», porque hay «formadoras» que así lo divulgan.
  3. Que haya profesores que se planteen que la respuesta a los alumnos con alta capacidad pasa por poner en el exámen unas preguntas más difíciles, que solo ellos pueden responder, y que les permitiría obtener un 9 o un 10. Y lo llaman evaluación multinivel, y no es más que la ocurrencia de una persona en concreto, que se convierte en «medidas a tomar en cuenta», en cuanto la subimos a un escenario a difundir su ocurrencia o aplaudimos sus reels o stories.
  4. O con descargarse proyectos enlatados que aplicamos cuál recetas, para lucro del inventor de turno.
  5. Que la inversión y esfuerzos para este alumnado, se esté orientando, no a responder a sus necesidades de aprendizaje y desarrollo, sino a programas de «gestión emocional», que pasan por un «tienes que aprender a frenarte y respetar a tus compañeros«, mandando el mensaje de «el que no encaja eres tú«…. qué importa que la psicología lleve más de un siglo insistiendo en la importancia del entorno.
  6. Que haya familias que estén recibiendo evaluaciones -incluso telefónicas- indicando que sus hijos tienen «Doble Excepcionalidad», o siendo evaluadas o recibiendo terapias por coachers, instragramers o mamás en paro, que hacen gala de un intrusismo profesional muy peligroso, y que para colmo venden consejos cuando no han mostrado eficacia ni guiando el desarrollo de sus propios hijos. O formen a docentes para aplicar modelos que nunca han aplicando, es más, que no estaban dispuestas a aplicar -por el esfuerzo- cuando tenían la responsabilidad de responder a sus alumnos.
  7. Que algunas administraciones y asociaciones -increíble la escasa gala de pensamiento crítico que hacemos-, estén contando con toda una tribu de instragramers sin más oficio que crear reels copiando ideas de unos y otros y sin más reconocimiento profesional que los likes de las redes. Preguntarles como hago yo cuando me toca coincidir con ellas y escuchar sus mensajes.. ¿de dónde sacas esa idea? … porque os contestarán lo que me contestan a mi «es lo que me pasa a mi» o «no sé, son ideas que tengo en mi cabeza», «lo he visto en las redes y lo copié«.. y olé.

Que digo yo que…

  1. Si quieres que los docentes se formen con rigor para que respondan de forma eficaz a tus hijos….. Predica con el ejemplo
  2. Si quieres que a tus hijos se les perciba con naturalidad, que sus compañeros, docentes y la sociedad en su conjunto no les vea como «bichos raros»…. No contribuyas ni des likes a las estridencias que escuchamos a diario.
  3. Si quieres que la administración promueva una educación en la que tu hijo o hija no tenga que renunciar a su desarrollo social en pro de su desarrollo cognitivo… No apoyes formaciones en las que continuamente nos están proponiendo un plano de «a estos sí, y al resto no»
  4. Si quieres que desarrollen sus fortalezas y destrezas de pensamiento crítico y creativo, no te conformes con que le saquen del aula a «aprender sobre temas de su interés», solo, sin guía y sin un objetivo de transformación, que tu hijo no es chat GPT y que acumular datos no es desarrollar su potencial.
  5. Si quieres que la respuesta educativa sea eficaz y no un mero entretenimiento… No vendas el bienestar de tu hijo por el falso orgullo de pertenecer a un programa «especial», en el que su rol es copiar y pegar de la wikipedia.
  6. Que si eres padre o madre de un niño o niña con alta capacidad, el pensamiento, el rigor, la implicación, el querer ir más allá de lo esperado, de lo fácil, de lo habitual, de lo conocido, formará parte de su vida, sus anhelos, sus inquietudes. También el análisis crítico, la búsqueda de evidencias, el interés por la ciencia y el conocimiento complejo….Apoya a tus hijos contribuyendo a construir una sociedad que desecha el mito y las ocurrencias y trabaja por la búsqueda de la verdad.

¡Gracias!

Autor: Paulina Bánfalvi Kam. La Rebelión del Talento @aacclarebelion @PaulinaBk

Derechos de autor:

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13 respuestas a “«GRACIAS» a las que dais la espalda a la investigación”

  1. Avatar de anasunort
    anasunort

    Lo primero decirte que soy una gran admiradora tuya, leo los artículos y normalmente estoy de acuerdo con ellos. En cambio en este creo que hay comentarios que no comparto.

    En España, es cierto que hay poca formación específica sobre cómo atender a los niños con altas capacidades (AACC). A menudo nos basamos en estudios realizados en otros países que, aunque valiosos, no siempre se adaptan a nuestra realidad cultural, educativa y social. Esto puede generar frustración, ya que lo que funciona en un lugar no necesariamente lo hará aquí. Para apoyar a un niño con AACC de manera efectiva, es fundamental conocerlo profundamente: sus intereses, forma de aprender y características individuales, ya que no hay soluciones universales.

    Segundo: Entiendo que, personalmente, eres madre. Una madre que se ha formado, está informada y que escribes artículos y libros basados en tu experiencia, tus recursos, contactos y lo que consideras lo mejor para tus hijos. Has podido confirmar lo que te ha funcionado con ellos, y eso es valioso. Sin embargo, no creo que tus estudios, artículos o libros estén basados en una carrera como psicóloga, psiquiatra o neurocientífica, ni en investigaciones realizadas con grupos de control y un seguimiento riguroso por tu parte. Más bien, te apoyas en estudios realizados por otros que consideres adecuados. Eso no resta valor a tu trabajo, ni mucho menos, pero no entiendo por qué pareces desestimar a los profesionales o familias que también recurren a esos mismos estudios, los analizan y, en algunos casos, enriquecen con su propia experiencia.

    En el mundo de la psicología han existido muchas vertientes que en su momento se consideraban las correctas y luego con el tiempo se han visto que no lo son, o que pueden ser incompletas.

    En este contexto, muchas familias realizan un esfuerzo extraordinario. Nos formamos, aprendemos, investigamos y desarrollamos estrategias para ofrecer a nuestros hijos lo mejor dentro de nuestras posibilidades. Esta dedicación merece todo el respeto y reconocimiento.

    Por otro lado, entiendo la preocupación por el contenido que algunas personas comparten en redes sociales sobre este tema. Es importante distinguir entre experiencias personales, que pueden ser válidas para algunos, y el rigor necesario al hablar de cuestiones educativas y psicológicas. Al final, lo importante es centrarnos en aportar herramientas prácticas y conocimientos que realmente ayuden a las familias en su camino.

    Por último, ¿Realmente cree que las familias que sinceramente buscan lo mejor para sus hijos recurren a este tipo de cuentas? Personalmente, no lo creo. Si lo hacen, tal vez no estén priorizando un enfoque constructivo para sus familias, sino buscando justificar errores o excusar una falta de formación y recursos.

    Como madre de dos hijos con AACC me he formado y sigo aprendiendo constantemente. ( AACC de la UNIR, otro de la UNED sobre atención en el aula para niños con AACC, Inteligencia Emocional y Experto en familias y educación de la UNIR, además de talleres, conferencias, leer artículos, libros, charlas)

    Por eso, me duele que, a veces, parece que todas las madres que estamos en este proceso estamos metidas en el mismo saco. Cada día damos lo mejor de nosotras, como en su momento también hiciste tú. Cometemos errores, claro, y nos enfrentamos a obstáculos, pero seguimos adelante aprendiendo.

    Agradezco profundamente la ayuda y las herramientas que profesionales como tú comparten, porque son fundamentales para que podamos seguir avanzando y marcando una diferencia en la vida de nuestros hijos. Es un camino largo y lleno de retos, especialmente en mi caso que mis hijos tienen perfiles totalmente opuestos y desafíos muy distintos. Mis circunstancias, obviamente, no son iguales a las tuyas, pero te aseguro que persigo el mismo objetivo: ofrecer lo mejor a mis hijos.

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    1. Avatar de Aa.CC. La Rebelión del Talento

      Hola Ana. Muchas gracias por tu comentario y por ofrecerme la oportunidad de ver cómo se perciben algunas de mis afirmaciones y darme la oportunidad de responder en un diálogo calmado y argumentado como el que estás haciendo. Hay muchas ideas en tu comentario, te voy respondiendo una a una:

      1. Dices que los estudios realizados en otros países no responden a nuestra realidad cultural. Me gustaría que fueras más específica porque esta premisa se puede aplicar en relación a algunos conceptos pero no el que nos atañe.

      a) Qué son las altas capacidades no depende de cómo cada país o comunidad autónoma la conceptualiza. O no debería depender, mejor dicho. En torno a cualquier constructo psicológico es la comunidad científica la que debate y acuerda y no corresponde a los políticos, las familias o graduados establecer sus propias definiciones, y menos aún basadas en el «a mi me parece». Es decir, que si los investigadores relevantes en este campo, agrupados en la NAGC, concluyen y están de acuerdo en conceptualizar las altas capacidades como un proceso de desarrollo de nuestro potencial (elevado) en logros (a la altura de este potencial), y lo hacen basados en estudios longitudinales, y metanálisis que tienen en cuenta distintos contextos, culturales, sociales y geográficos… no entiendo en qué sentido podemos establecer que podría haber diferencias entre qué son las altas capacidades en Finlandia y qué son en Albacete. Otra cosa es que cada normativa de cada comunidad establezca distintos criterios para acceder a medidas educativas extraordinarias, y que tantos confundan lo que dice la normativa (requisitos para acceder a medidas educativas), con criterios para definir si un alumno tiene o no altas capacidades.

      b) Las medidas o acciones que ofrecen a los alumnos la oportunidad de desarrollar su potencial son las mismas aquí y en cualquier país y contexto. Y ni siquiera son exclusivas de los alumnos con alta capacidad. Los grandes autores, cuyo trabajo e investigación es reconocido internacionalmente y a lo largo de los años, llevan desde hace décadas indicándonos la importancia del feedback, el reto ajustado a la capacidad y los agrupamientos basados en sinergias, como claves del desarrollo, un sentimiento de competencia, autoestima y mentalidad positivas y claves de la inclusión. Otra cosa es que cada normativa y cada país tenga su propia cultura de qué debe hacer. Incluso que algunos autores hayan en algún momento del siglo pasado, propuesto medidas que hoy en día no tienen sentido. Y ese es el problema, que estamos proponiendo medidas que no surgen de la investigación o que no tienen encaje en el contexto actual, como dar más deberes, que vayan a un rincón a buscar datos de cualquier tema, o que hagan lo mismo en un aula de enriquecimiento. El potencial cognitivo, para desarrollarse, necesita de reto (creativo), guía, feedback y sinergias de desarrollo. Claves del aprendizaje que están extensamente demostradas en distintos contextos sociales, culturales y geográficos. Las claves del desarrollo humano no difieren en función del lugar de nacimiento.

      1. Me dices que «Entiendo que, personalmente, eres madre. Una madre que se ha formado, está informada y que escribes artículos y libros basados en tu experiencia, tus recursos, contactos y lo que consideras lo mejor para tus hijos. Has podido confirmar lo que te ha funcionado con ellos, y eso es valioso. Sin embargo, no creo que tus estudios, artículos o libros estén basados en una carrera como psicóloga, psiquiatra o neurocientífica, ni en investigaciones realizadas con grupos de control y un seguimiento riguroso por tu parte. Más bien, te apoyas en estudios realizados por otros que consideres adecuados».

      Estas afirmaciones que planteas no son ciertas. En primer lugar, yo no hablo sobre qué son las altas capacidades ni divago sobre el concepto, la terminología o los modelos, ni mucho menos planteo mis propias definiciones o puntos de vista, más allá de, como bien dices, apoyarme o referenciar a los investigadores de relevancia en el campo.

      Yo hablo de aquello en lo que tengo extensa formación y además experiencia empírica profesional: Desarrollo del talento. Soy licenciada en Dirección de empresas y marketing. Tengo un máster, de cuando para hacer un máster había que tener un desarrollo profesional previo, y mi desarrollo personal se enmarca en el campo de la empresa, la dirección de equipos y la consultoría estratégica. En este campo se estudia y se aplica de forma empírica, todo lo que tiene que ver sobre motivación, liderazgo, cómo impulsar las destrezas de pensamiento crítico y creativo, agrupamientos, gestión emocional y desarrollo del talento. Por que sí, en las grandes empresas existen planes de desarrollo del talento de sus empleados. Se aprende a estudiar perfiles y agrupar personas para impulsar su trabajo, rendimiento, capacitación e implicación. Y se toman decisiones que implican análisis crítico y creativo, y se ofrece feedback y otras muchas ideas que tienen que ver con cómo sacar lo mejor de tu equipo. Los autores que estudiamos son los mismos que se estudian en el campo de la psicología, son, de hecho, psicólogos o neurocientíficos. Con una diferencia significativa, mi formación no es teórica. Mis profesores no eran antiguos alumnos que me leen un power point. Mis exámenes no se basaban en recitar una teoría tras otra. Mis profesores eran gente que tenía una dilatada trayectoria en la aplicación práctica de estas ideas, como el responsable de RR.HH. de la Ford, o el Director de cuentas de Mc Cann Erickon, que nos formaban desde una perspectiva práctica y analítica. Y si has leído como dices lo que escribo, creo que es patente cómo siempre hablo desde esa perspectiva, que es mi campo de experiencia.

      Soy docente. He estado en el aula, he cogido un grupo de alumnos desmotivados y he transformado las dinámicas para transformar su implicación. Y lo he conseguido. Y formo a otros docentes a los que hago seguimiento en el aula y observamos y analizamos los resultados. Y formo alumnos con altas capacidades en destrezas de pensamiento. Por mis talleres han pasado más de 500 alumnos, con los que hacemos investigación, recogemos datos sobre sus actitudes y las analizamos mes a mes para determinar qué está funcionando, cómo y por qué para tomar medidas. Además son ya varios los alumnos a los que hemos ayudado de forma empírica y desinteresada a salir de situaciones complejas.

      Como estudiante, he tenido la suerte de educarme en centros innovadores que han aplicado todo aquello que ahora vemos como «innovación» y que existe desde hace tiempo y que son las medidas de aprendizaje multinivel y enriquecido que son el eje de mis publicaciones y formaciones.Sí hago investigación.

      También tengo una experiencia vital diferente, pues tengo familia dispersa en diferentes países y continentes, con hijos con altas capacidades y mis propios hijos están estudiando en otros países, lo que me da la oportunidad de analizar y debatir las diferencias culturales y de respuesta que distintos contextos ofrecen a estos alumnos, y cuán alejados estamos en España de lo que otros países están haciendo con mejores resultados que el nuestro y sí, en efecto, nuestro problema es cultural, nuestro problema es que mientras en otros países los profesores advierten que «copiar y pegar es una falta administrativa», aquí lo que penaliza es no copiar literalmente lo que dice el libro de texto. Que mientras en otros países un profesor se preocupa y ocupa de que un alumno que en otras asignaturas saca un 9,5, en la suya no pase del 7,5, aquí nadie se ocupa mientras el nivel de suspensos no sea alarmante. El problema es cultural y depende de cada contexto, pero la solución es universal.

      Además he participado en grupos de investigación sobre aprendizaje multinivel (UAM) y aprendizaje personalizado (IMPULS EDUCACIÓ), junto a grandes referentes internacionales, y ponente en congresos internacionales (Santillana México, URJC, UV).

      También soy coordinadora del Premio Espiral, un proyecto de la Asociación Espiral que es un proyecto de docentes para impulsar la innovación educativa. Son docentes, que me han elegido como coordinadora por mi visión sobre la educación. Desde este perfil, hacemos mucha investigación, hay una BBDD de 18 años recibiendo 200-300 proyectos educativos, y de allí los más innovadores.

      Y profesora del curso de Experto en AACC de la universidad de Baleares, además de formadora de docentes en Aprendizaje multinivel, Aprendizaje personalizado, Aprendizaje basado en el pensamiento, Aplicación del modelo SEM y Cómo responder al alumnado con altas capacidades en el aula desde el 2015.

      Sí tengo una experiencia real, diversa y en distintos contextos que transmitir y no, no hablo desde «lo que me parece» o «mi experiencia personal».

      No, no soy una mamá que se forma de aquí y allá. No me dedico a encontrar pdf en la red y difundirlo desde un conocimiento superficial y teórico. Tampoco planteo cosas que «a mi me han funcionado». No traslado una experiencia personal, ni lo que a mi me parece, ni lo que yo creo o pienso que puede funcionar. Soy conscientes del daño que provoca en nuestros alumnos estas acciones irresponsables. Y, aunque hay muchas mamás que están publicando, no todas tienen el reconocimiento y recomendación de Javier Tourón: https://www.javiertouron.es/la-rebelion-del-talento-personalizar-el-aprendizaje-desde-la-comprension-de-las-altas-capacidades/

      Aquí puedes ver toda mi trayectoria : https://aacclarebeliondeltalento.com/quien-soy/

      3) Sobre la generalización o el sentimiento de que todas las madres estamos en el mismo saco, es algo que no puedo evitar. Te puedo pedir disculpas si en algún momento te has sentido aludida en primera persona, desconozco los motivos que te llevan a ese sentimiento. Solo puedo decir que este artículo busca concienciar a tantas familias que están cayendo en actitudes poco responsables, al menos vistas desde el punto de vista de cómo pueden contribuir mejor al bienestar de sus hijos y un desarrollo positivo. Y que no deberíamos confundir la generalización, una figura lingüística válida cuando queremos destacar un hecho que se está convirtiendo en habitual, con la acusación individual.

      Entiendo que cuando escuchas «las mujeres son maltratadas», tu no te sientes aludida de forma particular, salvo que estés siendo maltratada, sino que eres capaz de discernir que es una generalización válida que tiene como objetivo advertir de algo que se está extendiendo.

      Agradecerte por último dos ideas clave que has compartido y que son esenciales en la comprensión de este alumnado -y de cualquier otro-. Que tus hijos, aún teniendo ambos altas capacidades, muestran perfiles muy distintos. Por eso defiendo que debemos de dejar de compartir tanto post y tanto mensajes de personas con formación superficial o sin ella, que dicen que «los niños con alta capacidad son…..», simplemente porque los suyos son así. .. y, en consecuencia, y esta es la otra idea que has compartido, debemos responder a cada alumno en función de sus características y perfil personal, es decir, personalizar la educación, que es diferente a individualizar, y, por ello, huir y dejar de apoyar con nuestro seguimiento, cualquier propuesta de proyectos enlatados -que funcionaron para un grupo y copiamos para otro-, o de medidas que responden a una etiqueta y no al perfil de los alumnos, por tanto, todo jueguecito, truquito, proyectito, o recursito, «para alumnos con alta capacidad», de los que las redes están llenas.

      Un abrazo

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  2. Avatar de Llanos
    Llanos

    Cuanta razón tiene este artículo. La lástima es que yo pasé por aquí hace más de 25 años y las cosas por lo que veo siguen igual. Cuanto sufrimiento inútil para estas criatura y que freno tan grande a su desarrollo personal y académico.

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    1. Avatar de Aa.CC. La Rebelión del Talento

      No se si igual o peor. No sé si es mejor que sus profesores no sepan nada sobre altas capacidades o que tengan ideas difusas no alineadas con la investigación… si sé, es mejor que no sepan nada 😥

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