Las altas capacidades se siguen asociando con un modelo de niños «perfectos» y «perfecto» se asocia a su vez con una persona que actúa y se comporta según lo esperado, según un patrón social heredado que trata de corregir y erradicar comportamientos que son en realidad propios de un espíritu sano y libre como es de los niños.
Por eso, es posible que alguna vez hayamos pensado e escuchado aquello de «no puede tener alta capacidad ¡si tiene reacciones inmaduras!». ¿Por qué en este alumnado es posible encontrar comportamientos menos «ajustados» que en otros niños?
En primer lugar porque sobre ellos se vuelcan expectativas más exigentes. Simplemente se espera que se comporten como «diminutos» adultos perfectamente ajustados, inalterables gracias a su elevada racionalidad, olvidando que siguen siendo niños y, por tanto, sujetos aún a un proceso madurativo que seguirá su propio ritmo, no siempre pararelo a su desarrollo cognitivo (ver asincronía y alta capacidad)
Otro de los motivos es su baja inhibición latente. Razón y emoción están íntimamente relacionadas y, puesto, que el pensamiento se construye desde nuestras percepciones, y los niños con alta capacidad tienen una mayor capacidad para percibir y procesar los estímulos a los que son expuestos, suelen mostrar también una mayor capacidad para percibir intenciones, gestos, muecas que a los demás se nos pasan desapercibidas, por lo que no entendemos la razón de sus reacciones y las negativizamos.
Estos comportamientos son, en ocasiones, un indicio de su alta capacidad:
Niños con alta capacidad y problemas de madurez
Escrito por Nancy Lovering | Traducido por Txell Parera
Los niños con alta capacidad acostumbran a tener comportamientos que parecen inmaduros hasta que no se examina más detenidamente. Las altas capacidades llevan consigo algunas habilidades mejoradas en una o más áreas, por lo tanto es difícil imaginar que la inmadurez sea parte de este perfil cognitivo. Sin embargo, curiosamente, lo que parece ser un comportamiento inmaduro es signo de que la alta capacidad está presente: estos niños experimentan una profundidad emocional que les causa actuar de forma diferente a la esperada.
Desarrollo asimétrico
Muchos niños con alta capacidad tienen áreas de desarrollo precoz que resaltan en contraste con los típicos comportamientos de su edad, creando la ilusión de que el comportamiento típico de su edad es, en realidad, inmadurez.
La baja inhibición latente que caracteriza a muchos de estos niños, su elevada curiosidad y avidez por aprender, les expone a un esfuerzo cognitivo elevado, que por otro lado genera un mayor cansancio al final del día y, por tanto, irritabilidad, impaciencia y reacciones de llanto o gritos para expulsar tensión. Es menos habitual que un niño con alta capacidad este igualmente avanzado en todas las áreas.
Doble Excepcionalidad
La «doble excepcionalidad» o la confluencia de una alta capacidad intelectual junto a dificultades de aprendizaje, desarrollo motor o madurativo explica también muchos de estos comportamientos. Un niño con alta capacidad y déficit de atención y/o hiperactividad (TdAH), puede tener la capacidad cognitiva para afrontar retos matemáticos propios de algunos cursos superiores y, al mismo tiempo, necesitar de apoyo y estrategias para controlar algunos aspectos de su comportamiento como el control de los impulsos, la lecto-escritura, la organización y responsabilidad con sus tareas, etc…
Desarrollo de la corteza prefrontal
El U.S. Department of Health and Human Services hace referencia a la corteza prefrontal como el «director ejecutivo del cerebro». El desarrollo de esta zona conlleva una mayor conciencia de la necesidad de auto-ajuste y, con ella, la capacidad de regular el propio comportamiento. Los niños altamente dotados muestran un desarrollo atípico de la corteza pre-frontal. Más delgada que la media alrededor de los siete años, un rápido crecimiento en los siguientes años y, finalmente de nuevo adelgazamiento. Este patrón sugiere una mayor neuro-plasticidad, pero también puede implicar un comportamiento inmaduro en los años previos a su engrosamiento.
Reacciones a su entorno social
Son pocos los alumnos con alta capacidad que reciben una respuesta educativa acorde a su potencial, y mucho menos lo que son acelerados atendiendo a un mayor desarrollo cognitivo y madurativo. Como consecuencia, se ven obligados a dedicar elevados niveles de energía a encajar en un entorno en el que sus intereses, comentarios y reflexiones resultan extraños. Este «consumo» de energía es agotador y al mismo tiempo genera un fuerte sentimiento de aislamiento, soledad y rechazo. Cualquier adulto en una situación similar se mostraría más sensible e irascible, cuánto más un niño en quién la necesidad de relación y pertenencia es mayor y básica.
Aburrimiento
La falta de reto provoca que los niños con alta capacidad muestren algunos comportamientos que se interpretan como falta de madurez y que son, en realidad, reacciones al aburrimiento en el aula: fantasías, demasiada cháchara, hábitos de trabajo chapuceros, falta de motivación y/o actitud desafiante son algunos de estos comportamientos. No obstante, cuando padres y docentes actúan respondiendo a sus necesidades de aprendizaje, motivan y retan correctamente a estos estudiantes, estos comportamientos disminuyen y desaparecen.
Sobre-excitación
Los niños con alta capacidad pueden ser muy sensibles e intensos. El psiquiatra y psicólogo polaco Kazimierz Dabrowski identificó varias áreas en las que un individuo puede mostrarse excesivamente excitables: psicomotriz, sensorial (vista, olfato, tacto, gusto y oído), intelectual, imaginativa y emocional. Una niña que salta arriba y hacia abajo mientras te habla rápidamente, puede estar mostrando una respuesta a la intranquilidad que le genera la idea de matar insectos con productos químicos, o una niña que trata a sus animales de peluche como juguetes con sentimientos mucho después que sus compañeros hayan dejado de hacerlo, puede ser percibido como inmadurez . Pero de hecho, puede ser fruto de tener aumentadas las sensibilidades acompañando la alta capacidad.
Diferencias sensoriales
Indica algunos perfiles sensoriales atípicos como una característica de la alta capacidad. Un niño que tiene miedo a las alturas puede parecer inmaduro, pero en realidad puede tener un mayor desarrollo del sistema vestibular y estar neurológicamente conectado a reaccionar de manera diferente a los estímulos sensoriales que involucran el equilibrio. Los niños que rechazan las multitudes pueden ser mas sensibles a la propiocepción (conciencia de la posición del cuerpo) por lo que no huyen de las multitudes por un rasgo de inmadurez o miedo injustificado, sino por una mayor cognición.
Introversión
Muchos niños con alta capacidad muestran un perfil introvertido (reflexivo-observador). Las personas introvertidas no disfrutan de los eventos y compromisos sociales, y esto, se ve como algo negativo y un signo de inmadurez en la cultura occidental. A las personas con un perfil introvertido a menudo se les atribuye falta de habilidades sociales, cuando en realidad, el aislamiento social de esta personalidad se debe en parte a una mayor actividad en los lóbulos frontales, que tienen que ver con el pensamiento complejo, a diferencia de la actividad cerebral trasera de los extrovertidos, que busca estímulos sociales externos.
Deja una respuesta