©℗®™ 7 Junio 2015


¡Eso no es justo!

mano de adulto que acusa a una niña desafiante

Autora: Patricia Mayordomo @patrimaylo1

Creo que en casi todas las listas de características de las personas con altas capacidades intelectuales que encontramos publicadas nos encontramos con el “alto sentido de la justicia”. Y me voy a centrar en los niños y niñas en edad escolar ya que es en la etapa escolar cuando necesitan especialmente de la comprensión de un entorno que no pueden elegir. Y ahí queda, como una característica más, de esa lista de cosas que tenemos que tener en cuenta los docentes para entenderlos al interpretar sus comportamientos y no malinterpretarlos, para tener un poco más de “manga ancha” con ellos y no tener tan en cuenta algunas de sus actitudes vistas como desafiantes, esas que empiezan por “es que eso es injusto”, que a veces incluso son respecto a situaciones que ni siquiera les afectan directamente, pero que las discuten como si les fuese la vida en ello, y que a ojos de los adultos que están con ellos no son para tanto. Y es cuando los adultos decimos cosas como que tiene que aprender a tomarse las cosas de otra manera, que así va a sufrir mucho (y no les falta razón, están sufriendo) o en el peor de los casos “es un exagerado/a, como le gusta llamar la atención”.

Quiero pensar que se ha avanzado en la comprensión hacia este aspecto y que cada vez son más maestras y maestros los que lo entienden como una de sus características y no castigan esas actitudes y les explican los motivos de tal o cual decisión. Pero me gustaría que hubiese una comprensión un poco más profunda de lo que hay detrás de esa rebeldía, porque es cierto que a veces se producen situaciones injustas: a veces hay castigos colectivos, a veces en los trabajos en grupo unos ven bajada su nota por otros (o unos trabajan por otros), a veces se malinterpreta una conducta y como es lógico la consecuencia aplicada va en consonancia a la interpretación del que la aplica y no a la intención real del que lo ha hecho, a veces pagan justos por pecadores, etc. Y ¿por qué? Pues sencillamente porque las personas no somos perfectas y en realidad el mundo dista mucho de ser justo.

Y es aquí cuando aparecen los comentarios o los pensamientos de “se lo toma demasiado a pecho, si total no es para tanto, vale que no es justo del todo, pero no es para tanto”. Y la persona que lo dice está pensando en esa situación concreta, que no es para tanto. Y tiene razón, la situación no es para tanto. Pero es injusto, y es evidente a los ojos de ese niño que es injusto, y es fácilmente solucionable a veces, a veces incluso propone una solución.

Y lo que le hace daño no es solo esa situación concreta, sino la constatación de que a la otra persona no le importa que sea injusto, de que las injusticias son socialmente aceptables. Y está formando su visión del mundo, y razona y piensa más allá de lo que lo hacen otros niños de su edad, y va más adelante y extrapola. Y es entonces cuando aparecen algunas dudas: ¿por qué si esto es injusto lo permiten los que tienen en su mano cambiarlo? ¿Por qué les da igual? ¿Por qué a nadie le preocupa que se esté cometiendo una injusticia? ¿estaré expuesto a cualquier injusticia sin posibilidad de hacer nada y quien las pueda solucionar no hará nada? ¿de verdad no les importa que yo (o esa persona) esté sufriendo? ¿funciona el mundo así siempre?

Y lo que es peor, como niño que es, no tiene la experiencia ni la capacidad emocional de gestionar esta incertidumbre ni estas preguntas tan profundas, y a veces tampoco de expresarlas. Y entonces, o lo pelea o lo traga y va acumulando. Y algún día explota, hacia dentro o hacia fuera, dependiendo de sus características, porque cada uno tenemos nuestra personalidad y circunstancias. Y, a lo mejor, un día se encuentra en terapia porque tiene ansiedad o se toma las cosas demasiado a pecho, y ahí también habrá que indagar bien en que es lo está sucediendo para que no termine preguntándose “por qué si el mundo es el que está mal es a mí a quien hay que arreglar”.

O, a lo mejor, un día empieza a tener conductas realmente disruptivas porque “total, qué importa”. Y esto puede parecer muy exagerado o melodramático, pero está en nuestras manos, como docentes, intentar evitar todas las injusticias posibles, reconocer nuestros errores cuando nos equivocamos, razonarles y explicarles los motivos que han llevado a determinadas decisiones cuando nos exigen esas explicaciones, explicarles que a veces no hay solución perfecta y se toma la menos mala o la que resulta factible en ese momento.

Y, en el caso de que se hayan equivocado en su interpretación, explicarles y enseñarles en qué y porqué, por qué no es realmente injusto si lo miramos desde este otro punto de vista, qué no ha tenido en cuenta, qué ha confundido. Porque los niños y las niñas con altas capacidades también se pueden equivocar exactamente igual que cualquier otra persona (y ahí va otro mito que hay que romper). Pero no los debemos dejar con esa sensación de que las injusticias no importan, porque si lo pensamos bien, es algo muy triste, y además no es cierto, a muchas personas sí les importa. No cometamos el error de no responderles al nivel que están demandando y no atender estas disincronías, no pensemos que todavía son pequeños para darles todas esas explicaciones o que no tenemos por qué dárselas. Si argumentan nuestras contestaciones y demandan explicación, entonces se la debemos, porque estamos ayudándoles a formarse y es nuestra obligación.

@patrimaylo1

Patricia Mayordomo es licenciada en Psicología y DEA en Psicología Evolutiva y de la Educación. Grado de Maestra en Primaria por la UNIR, con las menciones de Pedagogía Terapéutica e Inglés.  Curso Experto en Altas Capacidades por la UNIR (1º Promoción). Miembro activo de la asociación AVAST, asociación de altas capacidades de Valencia, colabora en la formación a familias y profesorado y en las labores de comunicación y difusión de contenidos y actividades de la asociación (website, RRSS). Maestra, funcionaria interina en la especialidad de PT.

Autor: Paulina Bánfalvi Kam. La Rebelión del Talento @aacclarebelion @PaulinaBk

Derechos de autor:

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2 respuestas a “¡Eso no es justo!”

  1. Avatar de omar
    omar

    En Argentina la politica y la economía superan cualquier interes ,y menos personas con altas capacidades ,aca es mas importante y dan mas prensa los temas transgenero y lgbt ,que si tu hijo tiene altas capacidades,NO HAY LEYES QUE LOS AMPAREN ,EL ESTADO NO SE OCUPA,NO LES INTERESA ,SON POCOS Y NO DAN COSTO POLITICO .

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    1. Avatar de Aa.CC. La Rebelión del Talento

      En España la situación no es tan diferente. Todos los colectivos merecen respeto, pero quizá si en lugar de organizar una escuela y una sociedad orientadlas a “lo estándar” lo hiciéramos desde el principio impulsando las diferencias, después no tendríamos que depender de recursos y voluntades para ganar respeto a nuestros derechos

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