Una mirada sobre los programas de enriquecimiento. De lunes a viernes «no toca». Algún sábado que otro ¿si?
Claves para la evaluación de programas dirigidos al alumnado con altas capacidades
Roberto Ranz, psicólogo escolar y clínico y especialista en altas capacidades y desarrollo del talento, analiza en este artículo las claves de los aún escasos programas de enriquecimiento para alumnos de altas capacidades. Nosotras queremos ir más allá y plantear una cuestión vital. ¿Son los programas de enriquecimiento la solución al problema?.
No cabe duda que son una buena iniciativa. El ejemplo que iniciara la Comunidad de Madrid se ha ido extendiendo y replicando en otras comunidades, dando a los niños de Altas Capacidades un entorno para aprender de forma diferente, participativa e imaginativa. Mi hija mayor tiene la suerte de acudir al PEAC, dos sábados al mes. Allí aprenden sobre grandes inventos e inventores, la cultura de otras civilizaciones, u otras escrituras trabajando ellos mismos las materias. Se plantean preguntas tales como ¿Qué hubiera pasado si Edison no hubiera inventando la bombilla? ¿Cómo sería ahora el mundo sin las telecomunicaciones? ¿Qué gran enigma esconde el Big Bang?. Piensan, crean, y ponen el mundo al revés. Claro, adoran ir a este programa.
El problema es que las administraciones y los propios centros escolares se excusan tras la creación de estos programas -que no dejan de ser una actividad extraescolar que además sólo da cobertura a una parte de los niños de Altas Capacidades, las plazas son limitadas- para no adoptar medidas en el centro, dentro del horario escolar. Así, mientras nuestros hijos siguen sufriendo el sopor de un sistema de aprendizaje anclado en el pasado y falto de motivación, de lunes a viernes de 9:00 a 17:00 horas, durante 12 o 14 largos años de su vida, las administraciones nos «venden» su solución de apenas 3 horas, 2 veces al mes, secuestrando sus fines de semana. Y los colegios nos hacen agarrarnos a esta iniciativa «como a un clavo ardiendo». No, no es la solución. La solución no puede ser torturar a nuestros hijos 5 días a la semana para mostrarles otra forma de aprender un rato, algunos fines de semana.
Pero los programas de enriquecimiento, sí son la demostración de que SABEN qué hay que hacer y de que se PUEDE. Nos demuestran que este tipo de educación FUNCIONA, que es motivador, alentador, enriquecedor y válido. Y como no, que podría funcionar para todos los niños. Nos demuestran, al plantear un tipo de formación diferente, que son conscientes de que el modelo actual no funciona ni es apto para nuestros hijos.
Entonces, si saben cuál es el modelo que funciona, saben cómo aplicarlo y saben qué tipo de profesionales es necesario para implantarlo. ¿Por qué no se extiende? ¿Por qué no se cambia todo el modelo educativo?. Los programas de enriquecimiento no utilizan más medios que las aulas habituales. No usan ordenadores, ni tablets, ni siquiera pizarras digitales o aplicaciones en 3D. Las aulas son las mismas que de lunes a viernes imparten un modelo repetitivo y aburrido. Los niños usan sus manos, las cartulinas, plastilinas y colores de toda la vida, para construir catapultas y entender el principio de palanca. Varios lápices y unas gomas elásticas para construir una balanza y entender los pesos. Recrean una película muda, pegando fotografías en blanco y negro, y, sobre todo, CADA DÍA ES UNA AVENTURA DIFERENTE.
En los programas de enriquecimiento no hay pues más medios, más recursos. Lo único que cambia es la mentalidad. Lo único que cambia es la vocación. Lo único que cambia es la profesionalidad. Lo único que cambia es el enfoque. Lo que cambia es el sistema.
Pero es en el aula y no fuera de ella, donde hay que poner el foco.
Deja una respuesta