Todo en la escuela cambiaría si levantase la mirada y dejara de poner el foco en el currículo para empezar a pensar en cómo ese contenido responde a las necesidades de sus alumnos.
La «miopía» de una escuela que aún cree que su función es «despachar» un contenido como el rancho en un comedor, sin preocuparse ni ocuparse de en qué medida ese rancho satisface las necesidades «nutricionales» de sus alumnos, pone freno a su capacidad para adaptarse a cada alumno y personalizar el aprendizaje.
¿Cómo revertir este sistema? ¿Cómo darle sentido a nuestra labor y ofrecer un impacto de valor en nuestros alumnos?
Ined21
Autor: Paulina Bánfalvi
Despachar el contenido o estimular y liderar el aprendizaje de los alumnos ¿Dónde ponemos el foco?

Deja una respuesta