©℗®™ 7 Junio 2015


¿Por qué luchamos?

AaCc, La Rebelión del Talento

Como en muchas familias al descubrimos padres, cónyuges, hijos, hermanos, tíos y amigos de niños y adultos con Altas Capacidades, revivimos una experiencia que no es positiva. Hemos visto cómo el talento se apaga, se somete, se critica, se envidia, se golpea, se minimiza, incluso se ataca… hasta anularlo. Hemos visto cómo se ignora la capacidad de estas personas para ver el mundo de un modo distinto, a través de una visión más profunda, de un análisis más lógico, de un alma más sensible, de una mente más creativa y de un corazón más frágil.

Hoy hemos dicho ¡BASTA! y hemos decidido abrir una ventana al mundo para que todos los que os sintáis igual, luchéis conmigo para poner fin a este sometimiento, a este absurdo, a este sufrimiento y a la estupidez de negar la individualidad. Muchos llevamos años luchando para que nuestros hijos reciban aquello a lo que la ley les da derecho, para, tras obtenerlo, darnos cuenta de que no sirve, de que no es suficiente, de que no vale.

El talento, la inteligencia superior, la creatividad, la especial sensibilidad de nuestros hijos, su ritmo y avidez por aprender, por crecer, por profundizar, por entender, por hacer.. no se puede tratar desde la ignorancia de lo que son las altas capacidades en su conjunto. Un curso, un master, unas letras en una pizarra, una triste clasificación de signos o características, un número en un test, no definen lo que son y requieren nuestros hijos. No necesitan un par de ejercicios adicionales cuando acaban las tareas ordinarias. No es más trabajo lo que piden, sino distinto y más profundo.

El sistema educativo actual español falla para todos los alumnos. Lo sabemos todas las familias desde hace mucho tiempo. No son medios, no son recursos, sino sistema y valores. La anulación sistemática de la meritocracia, los límites al avance individual, la repetición machacona de las operaciones y contenidos, la carga de deberes que de nuevo repiten el trabajo de clase, la baja implicación del alumno en su proceso de aprendizaje, la escasa o nula valoración del esfuerzo personal, del trabajo más allá de lo exigible, de la creatividad en las respuestas y soluciones, de la búsqueda de alternativas al pensamiento único, están convirtiendo a nuestros hijos en ganado abocado al paro. La falta de un profesorado capaz de entender y motivar a cada alumno en su individualidad, en su estilo de aprendizaje, que trabaje las distintas áreas para lograr un desarrollo armónico y equilibrado desde los primeros años de escolarización, nos dejan huérfanos de soluciones y presos de un sistema que lejos de desarrollar el talento individual, lo oprime y lo apaga.

Mientras el resto de naciones de los países desarrollados hace tiempo han entendido que los niños del siglo XXI deben ser formados en valores de independencia, creatividad, superación personal, imaginación, competitividad, liderazgo, automotivación, comunicación, análisis crítico, diversidad y diferenciación, España sigue empeñada en la sobreprotección, en la repetición, la copia, el grupo y la homogeneidad, desmotivando a generaciones enteras y abocándolas a ser excluidas de los motores que lideren la sociedad en un futuro próximo.

En el caso de los niños de Altas Capacidades, por su elevada capacidad de razonamiento e interrelación, su divergencia y creatividad innata y por su mayor rapidez y velocidad de aprendizaje, la situación es aún mucho más urgente y dolosa. Sus pequeños cerebros, que no entienden de formalidades sin sentido, que analizan y racionalizan cada premisa, buscando su lógica interna, su utilidad y funcionalidad, colapsan ante el absurdo de un sistema que les obliga a repetir lo que ya saben, y que les limita y prohíbe avanzar al ritmo que para ellos es innato y natural. Su sensibilidad y autoestima se ve entonces mermada, atacada, dañada. Acuden a los centros educativos ávidos de aprender.

Creen que allí encontrarán el saber que ansían, que les hace soñar, que alimenta su imaginación. Pero chocan contra los muros del «eso no toca», «espera a tus compañeros», «deja que responda otro», «eso ahora no», «no te adelantes», «repítelo», «después..»… y no comprenden. ¿Por qué en el lugar que deben enseñarme, no me enseñan nada? ¿Por qué nadie responde a mis preguntas? ¿Por qué me regañan por querer siempre contestar? ¿Por qué tengo que repetir lo que ya se hacer? ¿Por qué no puedo aprender cosas nuevas? ¿Qué sucede? ¿Sólo me sucede a mi? ¿Soy raro? ¿Por qué soy diferente? ¿Por qué los otros niños no entienden mis palabras? ¿Por qué no quieren viajar conmigo a la Luna, o clasificar dinosaurios o sumar las hojas de los árboles? Ante esta incomprensión, unos niños optarán por mimetizarse con el resto renunciando a su diferencia, otros se retraen en si mismos para ser luego tachados de asociales, algunos responden con comportamientos disruptivos para convertirse en el «payaso» o peor, «el matón» del grupo, y otros se adaptan mientras intentan, sin éxito, sujetar sus ansias de aprender, tratando de asumir su diferencia, cumpliendo con lo que se le pide, simulando su soledad y soñando con que algún día todo cambiará.

Pero nada cambiará si la sociedad no cambia. El sistema educativo es reflejo de nuestros propios valores, de nuestras exigencias, de nuestras peticiones. Mientras sigamos sumidos y creídos en la mentira de que todos somos iguales y todos debemos aprender de la misma forma, no habrá justicia para ninguno de nuestros hijos, ni un sistema válido para el desarrollo de sus talentos individuales.

La sociedad, y la forma en que ésta acepta, valora y potencia el talento, debe cambiar. Cambiar para ser mejor, para incorporar mejor a todos sus individuos, pues en la medida que el talento se apoya y se desarrolla, toda la sociedad en su conjunto se beneficia. Austria, Gran Bretaña, Hungría, Finlandia, Singapur, India, China, Japón y EE.UU, hace tiempo que han entendido que una sociedad progresa en la medida que lo hacen sus individuos y que es la apuesta por el talento, el motor que la hace cambiar.

Asi como los éxitos de nuestros deportistas empujan a la sociedad en su conjunto a practicar más deporte y al albor de esta nueva cultura surgen nuevos y mejores deportistas, así los éxitos de nuestros científicos, escritores, pintores, matemáticos, informáticos, ingenieros, empresarios y creadores, trabajará en pos de una nueva cultura. La cultura del esfuerzo, del trabajo, del mérito, de la eficacia, de la eficiencia, de la responsabilidad, de la implicación por la tarea, de la creación, de la diversidad, de la creatividad, hará que afloren más y mejores talentos, más y mejores oportunidades de desarrollo para todos nuestros hijos.

Autor: Paulina Bánfalvi Kam. La Rebelión del Talento @aacclarebelion @PaulinaBk

Derechos de autor:

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117 respuestas a “¿Por qué luchamos?”

  1. Avatar de María Azabache

    Gracias por la iniciativa

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    1. Avatar de Paulina

      Gracias a ti por seguirnos María. Un saludo.

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  2. Avatar de El español errante
    El español errante

    Para mi la alta capacidad, es un suplicio, un castigo, una maldición, un sufrimiento continuo, día tras día, no lo soporto más.

    Tengo 20 y pocos, pero ojalá no llegue a los 60.

    Solo me ha servido para fastidiarme la vida.

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    1. Avatar de Paulina

      Eso que dices es muy duro y no eres el únio que se siente asi. Pero las altas capacidades no son una maldición, lo que puede llegar a serlo es la incomprensión que hayas podido sentir debido a tu singularidad. Hay épocas en que todo parece que se hunde, pero si resistes, si eres fuerte, si te centras en lo positivo, si aprovechas tus dones, verás la sonrisa en tu rostro, mirarás atrás y te darás cuenta de que no son ellos, eres tu. Cambia y todo cambiara. Un saludo y sigue con nosotros!

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    2. Avatar de Mariano
      Mariano

      Hola Español Errante, desde mis 48 años me gustaria animarte a no desfallecer ante la incompresión y los obstaculos de la vida, pienso que es mejor tener que desear y creo que tú tienes y quizá debas buscar como canalizar esa posesión en una causa que te resulte beneficiosa a tí y a todos los que te rodean. En un principio te sugiero nos cuentes cual son esas experiencias negativas y tus vivencias para que podamos comprender mejor los sentimientos y frustraciones de personas como tú y puede que así aguien más se sienta identificado y entre todos podamos ayudar a sobrellevar mejor ésta carga.
      Un fuerte abrazo

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    3. Avatar de Nuria
      Nuria

      Yo pensaba lo mismo con 20ypocos, y he llegado a los 40ytantos. Tu llegarás….
      Es un camino difícil, con momentos jodidísimos; pero compensa.
      Al fin y al cabo, es TU camino. Es un camino único e irrepetible: el tuyo.

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    4. Avatar de El español errante
      El español errante

      Hola y gracias a todos,

      En cuánto a experiencias negativas muchas; primero en el colegio, luego en el instituto y ahora en el trabajo.

      Frustración, soledad, sufrimiento y desmotivación.

      Un trabajo en el que paso 10 horas en la carretera o peor en la ciudad con todo el tráfico, cada crítica o queja enseguida me afecta; un suplicio continuo.

      Sobre lo de tener y desear; desearía no tener AA.CC.

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    5. Avatar de Paulina

      Pero piensa que hay gente que en lugar de desear no ser AACC, esta deseando no ser Down. Tienes que hacerte fuerte, y cuesta. Puedo entender como te sientes, porque yo también soy muy sensible.. pero hazme caso.. con la edad se «pasa».. y te haces fuerte. Mucho ánimo.. y ¡quédate con nosotros! 🙂

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    6. Avatar de Paulina

      Bueno, español errante, espero que te estén llegando todos los mensajes. Ya ves que tienes aqui mucha gente de tu lado. Somos como tú. Sólo han pasado más años para nosotros. Pero podemos entender cómo te sientes. Y también podemos decirte, que si respiras hondo, sonries, y peleas, verás como lo que tienes es un don y no una maldición. Pero si, hay que aprender a «manejar» ese don y sacarle provecho, y eso tienes que aprenderlo sólo. Trázate un camino y camina. Un saludo.

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